EUROPA
PRESS
20 diciembre
2016
Un equipo internacional de científicos ha anunciado un nuevo
avance en la lucha contra la enfermedad de Alzheimer al identificar un nuevo
objetivo farmacológico no sólo para mejorar los síntomas de la degeneración
cerebral, sino también para extender la vida útil de los ratones en fase
terminal.
El
estudio de cuatro años realizado por científicos del Consejo de Investigación
Médica (MRC, por sus siglas en inglés), con sede en la Unidad de Toxicología
del MRC de la Universidad de Leicester, en Reino Unido, se detalla en 'Journal of Clinical Investigation'.
El
trabajo fue dirigido por el profesor Andrew Tobin, de la Universidad de
Leicester, junto con colegas de la compañía farmacéutica Eli
Lilly and Company, y el
Instituto Monash para las Ciencias Farmacéuticas en
Australia, además de estar parcialmente financiado por el Wellcome
Trust.
"Hemos
tratado a los ratones con un nuevo tipo de fármaco y hallamos que estos fármacos
no sólo pueden mejorar los síntomas de la degeneración cerebral, como el
deterioro cognitivo, sino que también pueden prolongar la vida útil de estos
ratones enfermos terminales. Nuestro estudio abre vías para que los
investigadores busquen nuevos medicamentos para los síntomas del Alzheimer y
ralenticen la progresión de la enfermedad", subraya Tobin.
La
doctora Sophie Bradley, que se ha trasladado desde la
Universidad de Leicester a la Universidad de Glasgow, dice: "El documento
describe moléculas similares a fármacos que pueden restaurar la pérdida de
memoria y ralentizar la progresión de la enfermedad neurodegenerativa de priones de una manera que se relaciona con el potencial de
estos fármacos en la enfermedad de Alzheimer humana".
Y
relata: "Hemos estado usando ratones cuyas células cerebrales están
muriendo progresivamente, similar a lo que sucede en la enfermedad de
Alzheimer. Este proyecto se centra en una proteína particular en el cerebro,
que se ha propuesto que está involucrada en la enfermedad de Alzheimer, y como
tal podría ser un blanco potencial para nuevos fármacos".
"Hemos
tratado a los ratones con una nueva clase de fármacos y encontramos que estos
fármacos no sólo pueden mejorar los síntomas de la degeneración cerebral, como
el deterioro cognitivo, sino que también pueden prolongar la vida útil de estos
ratones enfermos terminales", destaca.
Los
investigadores explican que los fármacos que activan este receptor de proteína
en el cerebro han sido previamente probados en ensayos clínicos para la
enfermedad de Alzheimer y mostraron resultados positivos con respecto a la
mejora de la cognición, pero los pacientes experimentaron un gran número de
efectos secundarios adversos. Esta nueva clase de medicamentos es más selectiva
y no causó ningún efecto secundario cuando se administró a ratones en el
estudio, por lo que los autores creen que esto ofrece esperanza para el diseño
de nuevos fármacos que mejoren la cognición y prolonguen la vida.
Medicamentos que se dirigen a una proteína
presente en el cerebro
Tobin
afirma: "Este trabajo puede proporcionar información importante sobre si
esta proteína es un objetivo farmacológico viable en el tratamiento de
enfermedades asociadas con la muerte progresiva de las células cerebrales. Esto
es de gran importancia para la sociedad, basándose en el hecho de que las
opciones de tratamiento para la enfermedad de Alzheimer son muy limitadas: no
hay cura para la enfermedad de Alzheimer y los tratamientos actuales se centran
en aliviar algunos de los síntomas".
"Lo
que hemos encontrado es una nueva clase de fármacos, llamados ligandos alostéricos, que se dirigen a una proteína llamada
receptor muscarínico M1, que está presente en el
cerebro. La activación de esta proteína receptora no sólo puede mejorar la función
cognitiva en ratones con degeneración cerebral progresiva, sino que cuando se
administra diariamente, puede extender la vida", detalla.
Los
científicos dicen que el trabajo es importante porque se centra en identificar
un tratamiento que no sólo mejora los síntomas asociados con la neurodegeneración, como los tratamientos actuales, sino que
también identifica una nueva estrategia para retardar la progresión de la
enfermedad y extender la vida útil.
"La
enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia, y afecta a unas
850.000 personas en Reino Unido solamente. No hay tratamientos que puedan
frenar o detener la progresión del Alzheimer, y los pacientes son tratados con
medicamentos que temporalmente enmascaran los síntomas de la enfermedad. A
menudo, estos tratamientos están asociados con efectos secundarios que pueden
limitar el cumplimiento del tratamiento por parte del paciente", advierte
el profesor Tobin.
Y
concluye: "Estoy orgulloso de estar involucrado en una colaboración con
investigadores de todo el mundo para hacer frente a uno de los principales
desafíos del mundo en materia de salud. Nuestro estudio abre vías para que los
investigadores estudien nuevos fármacos contra los síntomas del Alzheimer y
también para ralentizar la enfermedad".